ABOBADO

De vez en cuando, solo de vez en cuando, es bueno reordenar fotografías antiguas. En algunas no te reconoces, o no quieres hacerlo, otras te recuerdan momentos felices ( nadie, en su sano juicio, se hace fotos en momentos dolorosos), una gran mayoría te provocan ternura; todas te dejan con la expresión del “Niño de Vallecas”. Pensando, o aparentando, mirar a las musarañas. Como si escucharas música celestial en el iPod.